Nos guste o no, actualmente los coches se conducen solos por todo el país. El coche autoconducido de Google es el proyecto más ambicioso, que ha ganado mucha prensa. Pero cualquier consumidor puede comprar ya un Tesla, que cuenta con una función de piloto automático para conducir sin manos.
¿Qué ocurrirá cuando estos coches se encuentren en situaciones de vida o muerte? Por ejemplo, si el coche sabe que no puede frenar a tiempo para evitar atropellar a una multitud de peatones, ¿estaría programado para estrellar a su propio conductor contra un muro?
La pregunta parece descabellada, pero es un pequeño ejemplo con el que tienen que lidiar los fabricantes de automóviles. Actualmente hacemos responsables a los conductores de lo que hacen sus coches, salvo en algunos casos de defecto mecánico. ¿Qué pasará cuando el ordenador choque contra algo? ¿A quién multarán?
Ni siquiera Google afirma que sus coches sean infalibles. Admiten que sus coches de prueba se habrían estrellado 13 veces en 2015, si el conductor humano no hubiera tomado el control del volante. Aun así, quieren fabricar una versión sin volante ni pedales. ¿Te imaginas estar en el asiento del conductor de un coche, ver un accidente a punto de producirse y no tener controles para detenerlo?
El futuro ya está aquí. Abróchense los cinturones.
Crédito de la foto: Google Self-Driving Car