Los coches autoconducidos de Google se dirigen a las carreteras del norte de Virginia. Dependiendo de cómo veas esta tecnología, podría ser un anuncio emocionante o una película de terror hecha realidad.
El Richmond Times-Dispatch publica un artículo muy completo en el que se explica un nuevo experimento y una asociación de pruebas que está supervisando el Virginia Tech Transportation Institute. Básicamente, los coches tienen que someterse primero a rigurosas pruebas de seguridad en pistas de prueba en Virginia, y luego se les permitirá circular por las carreteras abiertas de la I-95, I-495, I-66 y VA-234.
Sí, has leído bien. En algunas de las carreteras más congestionadas y propensas a accidentes del norte de Virginia circularán coches controlados por ordenador.
Debo admitir que tengo sentimientos encontrados al respecto. Me encanta la tecnología y me entusiasma lo que nos deparará el futuro para la seguridad vial y un transporte más eficiente.
PERO, es difícil imaginar cómo un ordenador puede controlar de forma fiable un vehículo con conductores y situaciones viales impredecibles a su alrededor.
Por otro lado, lo único que tienen que hacer los coches autoconducidos es ser MEJORES que los conductores humanos. No tienen que ser perfectos para mejorar la seguridad vial.
He aquí la cuestión verdaderamente interesante para mí: ¿Cómo adaptaremos nuestras leyes de tráfico para responsabilizar a los operadores humanos cuando el ordenador se equivoque? Si tu coche de Google no puede parar a tiempo en hora punta, ¿te multarán por seguirle demasiado de cerca? ¿Dejará el coche que le des la orden de parar?
Mientras tanto, veamos cómo resulta este experimento en la bestia que es la I-95. Si alguna carretera puede acabar con un concepto de coche informatizado, la I-95 es la mejor contendiente.
Foto de: distracted eating